Expedición de Balmis
A propósito de la viruela en México y América Latina


¿“Los países que olvidan su historia están condenados a repetirla”? Algunos estudiosos atribuyen la frase –que aquí planteo como interrogante– al filósofo estadounidense-español Jorge Santayana, otros la atribuyen al historiador británico Arnold Toynbee. Me gustaría obtener alguna referencia precisa sobre su origen, toda vez que nuestra nación, en cualquier momento le podría dar plena vigencia… La frase en sí, aparte de ser una declaración acertada en pro de “la Historia”, nos presenta una seria reflexión acerca de los peligros que se pueden presentar a las sociedades que, como la mexicana, tienden a la amnesia social… Se nos ha olvidado todo lo que nuestra Nación sufrió por la viruela, a lo largo de cuatro siglos y medio. Con el mundo actual como está de violento y siendo vecinos de quien lo somos, un evento bioterrorista en la zona transfronteriza del norte de México, con el virus de la viruela, no sería del todo fantasía. Examinaremos la situación con algunos antecedentes que, como en el teatro, presentaremos en cuatro escenas:

1.- ¿ Fue sólo un puñado de españoles el que nos invadió en 1520? Desde luego que no. Con ellos llegaron decenas de animales desconocidos acá, centenas de insectos, hongos y parásitos, así como millones de microbios y bichos exóticos. Uno de ellos fue el virus de la enfermedad conocida como viruela. Enfermedad ésta desconocida entre nuestros antepasados amerindios. Es mortal, incapacitante y transmisible…¿ Que efecto tuvo durante la invasión española del siglo XVI? Evidentemente tuvo un efecto facilitador y devastador, como lo señalan las traducciones del nahuatl del Dr. Miguel León Portilla a propósito de los relatos de nuestros antepasados durante la caída de Tenochtitlan en 1521. En su obra “Visión de los Vencidos”, transcribe este autor una excelente descripción de los relatos sobre esta enfermedad entre los primoinfectados indígenas:

...“cuando aún no se preparaban los españoles contra nosotros, primero se difundió entre nosotros una gran peste, una enfermedad general...sobre nosotros se extendió: gran destruidora de gente. Algunos bien los cubrió por todas partes de su cuerpo, se extendió en la cara, en la cabeza, en el pecho. Era muy destruidora enfermedad...ya nadie podía andar, no más estaban acostados...no podía moverse...no podían hacer movimientos...y cuando se movían algo, daban de gritos...a muchos dio...la dura enfermedad de granos,...muchos murieron de ella...”

El efecto demográfico, presentado por varios analistas serios de renombre internacional, como Alejandra Moreno Toscano, Woodrow Borah o Charles Gibson ha sido también presentado con datos contundentes, por Peter Gerhard en su “Geografía Histórica de la Nueva España” –traducida y editada por la UNAM, la cual de manera gráfica, presenta en su libro lo que en estas notas presentamos en forma de tabla resumida; este último autor refiere sus datos a lo que considera el “México Central” (o Mesoamérica, diríamos nosotros) es decir, desde la frontera con áridoamerica (aprox. 21°) hasta América Central (aprox. Paralelo 8°): Población estimada Año 22.0 millones15.0 millones 3.0 millones 1. 5 millones 1.0 millones2.0 millones 152015301550158017801810

Puede observarse que después de transcurridos los primeros 50 años de la invasión española de nuestras tierras, ya solo quedaba el 10 % de los pobladores originales. Con muy elevados niveles de salud y carentes de anticuerpos por ausencia de enfermedades infecciosas de impacto masivo, a las nuevas enfermedades, desconocidas en éste lado del Atlántico, que brotaban a la llegada de los invasores y su entorno mefítico, hubo que ponerles nombres nuevos en náhuatl: cocoliztli, matlazahuatl, tepitonzahuatl, etc.

Nuestros antepasados indígenas o amerindios murieron como moscas, de tristeza, por su esclavitud, por nuevas costumbres, nuevas dietas, aperreados, destruidos sus códices, sus dioses, su mundo,… y enfermos de viruela. Se diezmó la población indígena de todo lo que es hoy América Latina bajo las mismas formas que en México y no volvió a verse nunca genocidio alguno, ni con los judíos, ni con los esclavos negros como el que tuvo lugar en nuestra región. Con el paso de los años, habría un fenómeno cíclico epidemiológico en que desaparecería la viruela sólo para volver a aparecer y desaparecer de manera intermitente con el transcurso de los años. No, definitivamente no fueron solo 300 invasores españoles.

2.- ¿Qué importancia histórica tuvo la expedición de Balmis al Caribe, México y Filipinas?
Seguramente cuando el doctor Francisco J. De Balmis conoció el método preventivo contra la viruela descubierto por Jenner, recordó los estragos que las epidemias habían dejado en México y sus consecuencias. Fueron, por un lado, la formación del Hospital de San Andrés –ubicado anteriormente donde hoy está el Museo Nacional de Arte– y por el otro el patrocinio de su famoso viaje “filantrópico” por el rey de España Carlos IV –el de la estatua ecuestre de “El Caballito”- hoy frente al Museo Nacional de Arte de la Ciudad de México los que pudiéramos considerar los originadores de la idea de traer la vacuna de brazo a brazo con niños de España a México y luego llevarla con niños mexicanos a Filipinas; en este segundo viaje fueron 25 niños los que llevaron la vacuna a oriente y de quien sabe de donde salieron y qué destino tuvieron, después de servir a su causa.

Dentro de lo mucho que se ha escrito y descrito sobre los viajes de Balmis es de recomendarse la consulta del Tomo 1 de los “Ensayos sobre la Historia de las Epidemias en México”, editado por el IMSS en 1982 con E. Florescano y E. Malvido como Compiladores. Precisamente Elsa Malvido, prepara un libro, aún inédito, que lleva por título, “La Población Mexicana entre 1519 y 1592” del que me ha permitido tomar notas, cortesía que le agradezco...Plantea Malvido aspectos importantes sobre el tema como es el siguiente:...“la travesía de España a México se hizo con 20 niños expósitos que no habían padecido el mal y durante la cual fueron inoculados de brazo a brazo semanalmente “ y señala algo que llama la atención...
”...Cuando Balmis entró a la ciudad de México se encontró con que algunos meses antes, la inoculación ya se había difundido por casi todo el territorio” ¿cómo fue que entró? se pregunta la doctora Malvido y procede a darnos dos versiones, la primera basada en que “alrededor de 1776 contrabandistas ingleses que comerciaban en los puertos del Golfo de México la trajeron de Inglaterra y decidieron compartirla”, y la segunda versión fue que “en abril de 1804 de la Habana llegaron dos fragatas a Veracruz transportando individuos con pústulas y por órdenes del virrey Iturrigaray, aconsejado por los protomedicatos, se tomó el pus entre dos vidrios que sellados con cera, se trajeron a la Ciudad de México difundiendo en la casa de expósitos esta maravilla desde inmediato. vacunando El propio virrey vacunó entonces a su propio hijo. Evidentemente, “cuando Balmis llegó a México en el mes de Agosto de 1804, ni lo esperaban, ni les dio gusto que llegara, ni lo recibieron con bombo y platillo...lo cual le molestó sobremanera a Pancho Javier, llegando a entablar pleito contra el virrey y las autoridades…”

Esto último es muy interesante porque da un matiz de algo real a un evento histórico científico, como un pleito entre tantos que se dan en la actualidad entre investigadores o entre ellos y las autoridades. Es decir muy semejante al ambiente académico presente, con trampas, simulaciones y zancadillas. La ciencia es un trabajo como cualquier otro, especializado, sí, pero como otros, por más que muchos científicos pretenden ser arcángeles. Habrá que esperar el libro de Elsa Malvido para obtener mas datos. Mientras tanto el autor de éstas líneas pregunta: ¿Porqué tanta fanfarria por lo que trajo Balmis a México (y que parece que fue redundante)? ¿Porqué no celebramos lo que le dimos a Filipinas y Oriente en este campo? ¿Qué sería de tantos niños involucrados en las expediciones? ¿Porqué será que la literatura anglosajona de éste campo no menciona para nada la expedición filantrópica que nos ocupa? Normalmente es al ponente al que se le plantean las preguntas pero, me disculpan esta vez,conmigo será al revés. A mi me gustaría escuchar algunas respuestas a las interrogantes que he planteado en este caso.

3.- ¿ Después de Balmis cual es el significado de la prevención vacunal de la viruela hasta su erradicación en México?
“Desde la llegada de Balmis a México en 1804 y a lo largo del siglo XIX, la vacuna antivariolosa estuvo al cuidado de un reducido número de personas”...Nos dice Liceaga en sus memorias y agrega que en 110 años estuvo al cuidado de solo 5 cinco: Balmis, Miguel Muñoz, Luis Muñoz y los doctores Malanco y Huici. Si bien esto pudiera hablar del “aseguramiento de la calidad”y el cuidado por mantenerla, también es notable lo elitista de su manejo y lo limitado de la formación de recursos humanos, diríamos hoy en día… ¡Sólo 5 personas en más de un siglo! ¿Se dan cuenta del rezago científico que esto implica?

A raíz de los éxitos obtenidos por el insigne químico Luis Pasteur en los campos de la microbiología y vaccinología –que el mismo creó, surgieron en París, Túnez, Moscú, Saigon, Rio de Janeiro, Habana y México varios institutos llamados “Instituto Pasteur”- aunque algunos con otro nombre, como el de México: Instituto Bacteriológico Nacional (hoy Instituto Nacional de Higiene). Fundado el de México por el Dr. Angel Gaviño Iglesias el 12 de octubre de 1905, al Instituto Pasteur de París, le fue posible comisionar al Dr. José Girard para que viniera a laborar varios años al IBN de México y así sucedió hasta que Girard regresó a Francia con motivo de la 1ª. Guerra Mundial, por cierto, que en medio de un pleito con el Dr. Gaviño por la pertenencia de una colección de cepas o cultivos microbianos.

El IBN se hizo pronto de buena fama desarrollando sus programas y productos en bien de la salud de los mexicanos, a pesar de que su desempeño se vio afectado por la Revolución Mexicana en diferentes formas, una de las cuales implicó cambios de sede de la Ciudad de México a Jalapa y regreso, y otra, llevar a su fundador y dos veces director, Ángel Gaviño, a ser condenado a fusilamiento por Carranza… solo para que después se le conmutara la pena. Murió de un infarto, sí. La verdad es que había “coqueteado”con la política, llegando a ser senador de la República durante la usurpación de Huerta.

Después de una serie de peripecias del IBN y sus directores, a lo largo de la gesta revolucionaria, finalmente se optaría por producir la vacuna antivariolosa ya en animal, toda vez que por más de cien años se había producido con la técnica de Jenner de brazo a brazo, o proveniente de linfa humana. La producción masiva de la vacuna antivariolosa en animal, fue todo un éxito, pasando de producirse 13,398 dosis en 1923 a 2,890,196 dosis en 1926 y más de 15,000,000 en 1952.

Injustamente olvidado por la nación mexicana y sus gobiernos, el heroico IBN –después de 1920 y hasta hoy, Instituto Nacional de Higiene de la SSA- erradicó la viruela con su vacuna después de 450 años en que azoló a la población, coadyuvando a la formación de técnicos y especialistas en varias vacunas, que provenían de Venezuela, Colombia y Cuba. El último caso de viruela en México fue en “Tierra Nueva”, poblado de SLP, en junio de 1951. Posteriormente se dictaminaría erradicada la viruela del el mundo, en octubre de 1977, reportándose en esa fecha el último caso por transmisión humana. Como consecuencia la cepas o cultivos del virus, utilizadas para la elaboración de la vacuna después de esta fecha serían destruidas por mandato directo de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En tanto no se publique el manuscrito entregado por el autor de estas notas, hace tiempo, atendiendo la invitación del doctor Carlos Viesca del Departamento de Historia de la Medicina de la UNAM, puede consultarse mas información al respecto, en el libro “Microbiología, Vacunas y el Rezago Científico de México a partir del Siglo XIX” de la editorial Plaza y Valdez.

4.- ¿Y qué nos depara el futuro en estos tiempos de globalización y bioterrorismo?
Para aquellos historiadores demasiado quisquillosos o supercalifragilisticoespialidosos que se cuestionen qué tiene que hacer un tema sobre “el presente” cuando se está revisando “el pasado”, nos permitiríamos recomendar la lectura de Marc Bloch en su “Apología para la Historia o el Oficio de Historiador” del FCE, particularmente donde se refiere al tema de “el pasado y el presente en la historia”, que analiza, por supuesto, la idea de lo efímero del momento y a Goethe cuando dice: “no hay presente, sólo devenir…”

Hoy el virus y su grupo son un arma microbiológica. No sólo el virus de la viruela, sensu strictu, sino toda la familia de los virus relacionados como son el virus vacunal, el vaccinia, el de la viruela del ratón, del camello, del mono, del bovino, etc., es decir, los orthopoxvirus y los parapoxvirus. Los ejércitos de los países industriales y económicamente más poderosos del mundo, se han concentrado en manipular transgénicamente estos virus con objetivos de destrucción humana...recuérdese que la guerra microbiológica consiste solo en “poner de cabeza” los esfuerzos para lograr la salud humana colectiva.¡No busca erradicar enfermedades, busca producirlas.!

Sólo unos cuantos países en la actualidad cuentan con un “stock” de virus de la viruela en sus inventarios para fabricar vacunas. México, junto con muchos otros países, no lo tenemos, ¿Cuál es la razón? Al erradicarse la enfermedad en el mundo, la OMS difundió su mandato para destruir los cultivos del virus necesarios para la producción de la vacuna. (“Como ya no hay viruela en su país, no necesita fabricar la vacuna, por lo que ya no requiere tener el virus, ergo, destruya lo que tenga”) y así se hizo dócilmente por muchos, pero ¡Ah que listos son los EUA y Rusia!, ellos que dominaban la OMS, como tantos otros organismos multinacionales, NO destruyeron sus stocks y graciosamente se los pasaron a sus respectivos ejércitos ¡como arma!... y para producir reservas de vacuna. Hoy, hoy, hoy que ellos tienen nuevamente por millones, dosis para vacunar en un caso dado a toda su población, nosotros no tenemos nada...

Los mexicanos menores de 30-35 años, ya no fueron vacunados en los últimos años del siglo XX, de manera que si hay una agresión bioterrorista en la zona transfronteriza del norte de México como se teme y si es con viruela, habría 60 millones de jóvenes mexicanos que corren peligro… Como los mayores sí fuimos vacunados, de golpe y porrazo, México pasaría a ser una nación de puro viejo. Los estadounidenses a partir del “11-9 y las torres gemelas” recuperaron y aceleraron su producción y cuentan ya con suficientes dosis de vacuna de la viruela para proteger, en un momento dado, a toda su población y no sólo como hasta ahora lo han hecho, al US Army, a la FBI, al personal migratorio y de aduanas, etc., bajo una estructura coordinada estrechamente por el estado –el asunto es estratégico- … ¿Y nosotros? Hemos ido al revés, paralizando la producción estatal de vacunas con un enfoque social y creando una supuesta empresa paraestatal (BIRMEX) que se organizó, justo cuando todas los gobiernos SE DESHACEN de sus empresas. Estamos en el peor momento, desperdiciamos dinero para comprar vacunas en el exterior después de haber sido 90 % autosuficientes (le estamos comprando vacunas a la India o a quien nos las venda, pues hoy reiteramos son algo ESTRATÉGICO. Adicionalmente, cuando el campo de investigación, desarrollo y producción de vacunas en el mundo está a punto de dar un gran salto tecnológico por la inminente producción de vacunas transgénicas en vegetales y debiéramos estar en el pelotón líder, como lo estuvimos siempre en vaccinología, con suficientes recursos para investigación, desarrollo tecnológico y producción de calidad, estamos desmantelando la producción; no tenemos una política al respecto, CONACYT no da el ancho y el apoyo a la investigación científica se reduce cada vez más… entramos ya al submundo de la simulación.

Las autoridades de salud y de ciencia de la nación mexicana como siempre, desoyen las señales de alerta porque “¡Señores, esto es amarillismo puro y aquí no pasa nada, somos muy machos e ignoran que el Frankenstein del Bioterrorismo lo inventaron los mismos países que hoy se llaman industrialmente, más avanzados!”.

¿Se repetirá nuestra historia?